¿SABÍAS QUE...?
Corría el año 1956 y ya se antojaba necesario almacenar información en un disco de manera no volátil. La primera unidad con este fin nació en los laboratorios de IBM de San José (California), y fue bautizada como RAMAC 305 (Random Access Method of Accounting and Control).
Lo cierto es que poco tenía que ver con los soportes de almacenamiento que conocemos hoy en día, ya que esta pieza de ingeniería era poco más o menos que monstruosa. Su tamaño era enorme y estaba compuesta de 50 discos de casi 70 centímetros cada uno. La velocidad de giro llegaba a las 3.600 revoluciones por minuto, pero sólo era capaz de almacenar 4,4 Mbytes.
Su funcionamiento debía ser lo más preciso posible, pues contaba con una sola cabeza que se encargaba al tiempo de la escritura y de la lectura; además, para conseguir que no rozara con las caras de los discos, se provocaba el movimiento mediante aire comprimido. Los primeros caracteres que los ingenieros de IBM lograron grabar y recuperar de este nuevo invento fueron los que componen la frase «This has been a day of solid achievement» (En este día hemos conseguido un gran logro).
Actualmente, es impensable tener un dispositivo más grande que la torre del ordenador y en cuya capacidad apenas quepan dos fotografías de calidad aceptable. ¿Nos estaremos acostumbrando a la tendencia mini que siguen los PC? Seguramente, ya que a nadie le sorprende ver discos duros del tamaño de un paquete de tabaco con 30.000 veces más capacidad que en sus comienzos.