Fenómeno por el cual un cuerpo humano es levantado sobre el suelo y es sostenido en el aire sin ninguna clase de soporte natural. Algunas veces el cuerpo se levanta a una altura considerable, otras veces se desliza rápidamente a raz del suelo.
Existe evidencia bien documentada sobre la levitación en las vidas de muchos santos, e.g., Francisco Javier, Pablo de la Cruz, Pedro de Alcántara, Felipe Neri, y Esteban de Hungría. Uno de los más célebres es San José de Cupertino (1603-63), Franciscano Conventual, quién fue tratado con mucha severidad por sus superiores eclesiásticos debido a los disturbios causados por sus éxtasis.
Vuelos religiosos
En el libro Vida de San Francisco de Asís, de Tomás de Celano, ya se recogen casos curiosos, como el de un monje "sumido en total rigidez, con los pies tocándole la cabeza". Es cierto que en la antigüedad eran muy frecuentes los casos de histeria colectiva en los que la gente, mediante sugestión, veía cosas que no eran reales. Pero ello, sin embargo, no explica ciertos casos. En esta categoría entraría el de San José de Copertino, ocurrido en el siglo XVII.
Este hombre, de limitada inteligencia, no fue aceptado como fraile en ninguna orden, y finalmente los franciscanos lo acogieron en categoría de hermano lego. Extremadamente religioso y piadoso en sus pensamientos y obras, José no hubiera nunca pasado a la historia si no fuera porque, durante la celebración de un oficio en el que se hallaba profundamente inmerso en la oración, empezó a flotar por encima de las cabezas de sus correligionarios, para pasmo de estos. José "voló" hasta el altar por encima de las velas y candelabros y detuvo su vuelo ante el altar de la capilla, donde quedó suspendido en el aire durante 15 minutos por lo menos.
En otra ocasión, en que mencionaron el nombre de la Virgen María, de la que José era ferviente devoto, el hombre flotó hasta las ramas de un olivo. Nadie le vio llegar hasta allí, por lo que tuvo que esperar largo tiempo hasta que alguien le pudo traer una escalera para bajar del árbol.
Si no estuviera tan documentada la historia, sería difícil de creer. Además, en los tiempos de la Inquisición, nadie habría dicho ni una palabra de lo que podía hacer José si no hubiera podido demostrarlo. El Papa Benedicto XIV, aún con todos los datos y testimonios (entre ellos el de otro Papa, Urbano VIII) en su poder, declaró oficialmente que la historia de las levitaciones de José era falsa. La misma Inquisición se encargó de conseguir que la figura de José no se convirtiera en objeto de culto.
Levitaciones famosas
Sin duda, uno de los casos más famosos fue el de Santa Teresa de Ávila, que también escondía sus habilidades para levitar. Incluso ella misma rezaba a Dios para no levitar nunca más. Aún así, se la veía levitar cuando rezaba fervorosamente. Según el testimonio de un obispo, la mujer tuvo en una ocasión que agarrarse a una verja para no levantarse del suelo durante el transcurso de la comunión en la iglesia.
En la tristemente famosa ciudad de Salem se dieron también casos de levitación. En El Juicio de los Demonios de Loudun se describen con todo lujo de detalles levitaciones de monjas endemoniadas. Varios habitantes declararon haber visto claramente como Margaret Rule, acusada de brujería, se elevaba sobre su cama "por obra de una fuerza invisible, alzándose a gran altura hacia el techo de la habitación".
Aunque no se encuentran muchas declaraciones de los protagonistas, de los individuos que levitan, tenemos la de San Felipe Neri que data del siglo XVI. En el texto cuenta que era como si alguien se apoderase de él y fuera "elevado maravillosamente". La citada Teresa de Ávila también dejó escrito que "me sumía en un gran temor", puesto que le aterrorizaba que se hiciera público y hasta prohibió que se hablara de ello. También dejó dicho que "si no me resistía, había en ello una gran dulzura".
Tambien son muchos los relatos sobre monjes budistas, yoguis hindús o incluso santos católicos capaces de levitar, contraviniendo todas las leyes de la física. Sin embargo otros levitadores, ajenos a todo contexto religioso, también han sido capaces de elevar su cuerpo por los aires. ¿Se trata de un fenómeno paranormal, un signo de divinidad o un simple fraude?