Estaban unos compadres del campo, de visita en la ciudad.
De repente les empezó a dar hambre ya como a las tres de la tarde,
y comenzaron a buscar un restaurante en donde comer.
Entonces, encontraron un lugar llamado
'Restaurante Pida con Poesía y se les atenderá con Cortesía'.
Los compadres decidieron entrar al lugar y comer ahí.
Se sentaron en una mesa y comenzaron a hablarle a los meseros,
pero estos no les hacían caso.
Pasó un mesero a su lado y los compadres decían:
'Mesero, Mesero...'
Y no les hacían caso.
Pasó otro mesero y los compadres: '¡Mesero!, ¡Mesero!
sin obtener respuesta alguna.
Los compadres, ya furiosos al sentirse desplazados por ser del
campo,están a punto de abandonar el lugar cuando de pronto
entran al Restaurante un señor ya grande con una jovencita y se
sientan en una mesa junto a los compadres.
El señor alza la mano y grita:
'Lero, lero... ¡señor mesero!'
El mesero llega al punto:
'A sus órdenes ilustre caballero.
Aquí está su mesero, que los atiende con esmero.'
El señor le dice:
'Para mi sobrina, cuyo nombre es Josefina, traiga un caldo de gallina.
Y para mi, que me llamo José, traiga una taza de café'
El mesero apunta la orden y se retira.
Los compadres asombrados,entienden de que se trata el asunto, y
después de un momento de ponerse de acuerdo
deciden poner en práctica lo escuchado.
'Lero, lero... ¡mesero culero!'
Se acerca un mesero inmediatamente.
'A sus ordenes, pinches rancheros'
'Para mi compadre, una carne asada, hijo de la chingada, y
para mi unos huevos con jamón grandísimo cabrón'
El mesero, queriéndoles devolver los insultos remata:
'¿Con ensalada? hijos de la chingada'
'Si, pero sin vinagre, ¡hijo de tu pinche madre!!!